miércoles, 18 de abril de 2012

No ofende quien quiere...


La Junta Directiva de la Asociación El Tercer Lado, MANIFIESTA SU REPULSA por las declaraciones realizadas por el Secretario de Estado para las Administraciones Públicas, Antonio Beteta, mediante las que, una vez más, se arremete de manera injusta contra los funcionarios públicos. Repugna la expresión de que los funcionarios deben "olvidarse del cafetito y de leer el periódico", para ligar el trabajo con la competitividad, la responsabilidad y la productividad.

En declaraciones desafortunadas y de preocupante ignorancia, los funcionarios volvemos a ser blanco de unas injustas críticas, señalándonos como culpables de los males económicos. Si el país está hecho unos zorros no parece que sea sólo por los funcionarios; alguna responsabilidad tendrá el hacer o dejar de hacer de la clase política, confortablemente establecida en la cima de los poderes legislativo y ejecutivo. El Secretario de Estado se muestra como un absoluto desconocedor del trabajo del común de los servidores públicos, su abnegada entrega al ciudadano, su adecuada preparación para prestar el mejor de los servicios posibles, aunque cada día con menos medios. El responsable político ha de canalizar su estrategia en motivar al empleado público e integrarlo en la organización, por el contrario no excluirlo o relegarlo y mucho menos denigrarlo.

Es fácil presentarnos como cabeza de turco. Nunca se habla del tesón, preparación y sacrificio que se dedica para aprobar unas oposiciones. ¡Qué fácil resulta descalificar y criticar cuando jamás se han intentado superar las pruebas pertinentes y, por tanto, se desconoce el esfuerzo inicial y continuo que tal empeño supone!

Los funcionarios públicos, en los últimos años, hemos sufrido una persecución y un acoso exacerbados, a punto del derribo, como jamás se había conocido: Constantes recortes en nuestros derechos, ya no sólo como funcionarios públicos sino como ciudadanos, con los tijeretazos de sueldo a nivel nacional y, en Andalucía, con la aprobación de la Ley de la Reordenación del Sector Público ,la usurpación de las potestades públicas por parte de empresas privadas y el abuso en el nombramiento del personal de confianza.

La obligada e insuficiente rectificación hecha pública por el Secretario de Estado para las Administraciones Públicas llega tarde. El Tercer Lado, que pretende la defensa de la dignificación de las condiciones de trabajo en las Administraciones Públicas y la implantación de la responsabilidad y de la moralidad -no sólo de la legalidad- en la gestión pública junto a la promoción y mejora de las medidas que conduzcan a una optimización de la actividad y de los recursos de las Administraciones Públicas y al desarrollo profesional de sus empleados, exige el máximo de los respetos al empleado público de manera que no se generalicen y se consagren como habituales comportamientos singulares de unos pocos que no representan al colectivo.

En todo caso, en las manos de los políticos que rigen la Administración, y en las propias leyes, están las herramientas para que el “cafetito y la lectura del periódico a deshora” se topen con la sanción que las mismas prevén. Tan fácil como, tirando de voluntad, cumplirlas y hacerlas cumplir.

www.eltercerlado.com

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